jueves, 26 de junio de 2014

Entrevista a...Elpidio Silva

Hemos acordado una entrevista con el juez Elpidio José Silva, primero en mandar a la cárcel a un banquero en esta crisis, el famoso juez del “Caso Blesa”, que actualmente se encuentra inmerso en pleno proceso judicial por su imputación debido a la filtración de los correos del expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa.





Historia & otras drogas os da la oportunidad de entrevistar a una persona de plena actualidad, que estamos seguros saldrá en los libros de Historia por ser el primer juez en mandar a la cárcel a un banquero por su responsabilidad en la crisis bancaria en España.

¿Cuántas veces tenéis la posibilidad de entrevistar a una de las personas más solicitadas y de actualidad? Podéis dejar vuestras preguntas en los comentarios de este artículo, en Twitter mencionándonos (@Hyotrasdrogas) y con el HT #ElpidioSilvaEnH& o en nuestra página oficial de Facebook (http://es-es.facebook.com/Historiayotrasdrogas).

De otras todas las preguntas elegiremos las más interesantes para preguntárselas al juez Silva. Tenéis hasta el próximo martes 1 de julio a las 23:59. Podéis enviar vuestras preguntas en 3, 2, 1…¡¡YA!!

miércoles, 25 de junio de 2014

BLAS DE LEZO, EL HÉROE OLVIDADO (Parte II: Como un comandante cojo, tuerto y manco venció a la Armada Invencible inglesa)


PARTE I: Mediohombre, el almirante cojo, tuerto y manco


Tras finalizar la Guerra de Sucesión, Blas de Lezo fue enviado por la Corona de España a una arriesgada y difícil misión: acabar con los piratas de los Mares del Sur (Perú). Una de sus principales hazañas fue perseguir al corsario inglés John Clipperton. En un primer momento éste logró evitar las naves de Lezo y huir hacia Asia pero fue capturado y ejecutado. Por hazañas como ésta el rey Felipe V ascendió al Almirante Patapalo a teniente general en 1734, y le valieron para ser enviado como comandante general a Cartagena de Indias, donde le esperaba la gloria.

 
Estatua de Blas de Lezo en Cartagena de Indias

Cartagena de Indias era el gran centro del comercio americano y el lugar donde llegaban las riquezas de las colonias españolas. Un lugar vital para la Corona de España y de máxima responsabilidad. Vamos, un caramelo muy muy apetecible para el resto de potencias, sobre todo Inglaterra, que buscó cualquier excusa para sentirse agredida y poder emprender una campaña contra España con algún pretexto. Esta excusa la encontró cuando un guardacostas español apresó en abril de 1731 un barco del contrabandista inglés Robert Jenkins, al que cortaron la oreja, por eso esta guerra sería llamada por los ingleses “Guerra de la Oreja de Jenkins”. No, no es broma, así es que como se la conoce en Inglaterra. Para que luego digan que los ingleses no son graciosos… Bueno sigamos a lo nuestro, ¿por dónde íbamos? ¡Ah sí!, como decía los ingleses se sintieron agredidos por este suceso (se quisieron sentir agredidos mejor dicho) y declararon la guerra a España.

Inglaterra estaba totalmente dispuesta a tomar Cartagena de Indias para controlar el territorio y todas las riquezas que por su puerto pasaban, y de paso hundir al Imperio Español, por lo que no escatimó en gastos y juntó la mayor flota jamás vista para llevar a cabo la mayor operación anfibia que el mundo había visto jamás, que solo sería superada por el Desembarco de Normandía durante la II Guerra Mundial. La armada estaba formada por 195 navíos, 3.000 cañones y unos 25.000 ingleses, comandados por Edward Vernon, a la que apoyaban otros 4.000 milicianos de EEUU dirigidos por Lawrence Washington, hermano del Presidente Washington.

Blas de Lezo tenía que hacer frente a esta impresionante armada con tan solo 3.000 hombres, 600 indios flecheros, más la marinería y tropa de infantería de marina que formaban los únicos 6 barcos de los que disponía. Lo único que les podía salvar del desastre era su astucia y sus dotes de gran estratega que podía poner en práctica en un terreno que conocía y que era muy peculiar: la entrada por mar a Cartagena de Indias solo se podía llevar a cabo mediante dos estrechos accesos, “bocachica”, defendido por dos fuertes, y “bocagrande”, defendido por cuatro fuertes y un castillo.

Mapa de operaciones


El 13 de marzo de 1741 apareció ante los ojos españoles la mayor armada que jamás había surcado los mares. Comenzaba el asedio a Cartagena de Indias. Comenzaba la Guerra de la Oreja de Jenkins. Comenzaba a forjarse un héroe.

Los españoles aguantaron más de medio mes el asedio, pero se veían superados enormemente en número y recursos y empezaban a caer algunos fuertes, por lo que Blas de Lezo tuvo que tomar una decisión muy arriesgada: decidió quemar sus buques para obstruir el estrecho de Bocachica, y posteriormente en Bocagrande se hundieron los dos únicos barcos que quedaban. Esto logró retrasar la entrada masiva inglesa en el puerto pero no fue suficiente para evitarla, por lo que se produjo el desembarco inglés. Los españoles se defendían solo en dos fuertes y en el castillo y los ingleses se veían vencedores, tanto que Vernon entró triunfalmente en la bahía de Cartagena de Indias y envió una misiva a Inglaterra anunciando la victoria. En Inglaterra incluso llegaron a acuñar una moneda conmemorativa en honor a la gran victoria en la que se podía leer «El orgullo español humillado por Vernon» con un grabado de Blas de Lezo arrodillado frente al inglés.

Vernon estaba decidido a darle la estocada final a los españoles y decidió lanzar una ofensiva sobre el gran foco de la resistencia española, el castillo de San Felipe, que apenas estaba defendido por 600 hombres. Como el asalto por el frente era un suicidio, Vernon decidió tomar la fortaleza por la espalda de los españoles por lo que se adentró en la selva, lo que provocó la muerte por enfermedad de cientos de soldados, aunque finalmente consiguieron llegar a los pies del castillo y Vernon ordenó el ataque. El primer ataque fue un autentico fracaso, 1.500 soldados ingleses cayeron muertos ante los 600 españoles, por lo que Vernon ordenó un segundo ataque con escalas para asaltar el castillo durante la noche del 19 de abril. Pero Vernon no contaba con una genialidad ideada por Blas de Lezo: los españoles habían cavado un foso para que las escalas se quedaran cortas y no pudieran asaltar el castillo, por lo que cuando los soldados ingleses estaban arriba dándose cuenta que no podían saltar al castillo, los españoles los masacraron. A la mañana siguiente, envalentonados por la victoria los españoles, con Blas de Lezo al frente empuñando con su única mano la espada, salieron del castillo para acabar con los ingleses logrando que éstos regresaron a sus barcos. Vernon con un cabreo y una frustración de tres pares de narices nos imaginamos, ordenó bombardear durante un mes Cartagena de Indias pero resultó en vano. Mediohombre había vencido. 

 
Castillo de San Felipe


Vernon envió una carta a Blas de Lezo anunciándole la retirada que decía: «Hemos decidido retirarnos para volver pronto a esta plaza después de reforzarnos en Jamaica». A la que Lezo contestó: «Para venir a Cartagena es necesario que el rey de Inglaterra construya otra escuadra, porque ésta sólo ha quedado para conducir carbón de Irlanda a Londres, lo cual les hubiera sido mejor que emprender una conquista que no pueden conseguir». Lo peor para Vernon estaba por llegar: había perdido bastantes más hombre que los 5.000 que dicen las cifras oficiales, gran parte de su flota, que incluso había quemado en su retirada para que no cayera en manos españolas porque no tenía gente para tripularlas, y había perdido una guerra que había anunciado ganada con la mayor armada jamás construida. De hecho, cuando llegó no se atrevió a contarlo y se hizo al loco, hasta que pasados los días evidentemente en Inglaterra se dieron cuenta que no había ganado, sino que Inglaterra había sido humillada por lo que el rey Jorge II prohibió cualquier publicación sobre la guerra.

Vernon había llegado realizado el mayor desembarco anfibio de la historia y se había tenido que retirar con el rabo entre las piernas por culpa de un comandante cojo, tuerto y manco al que apodaban “Mediohombre”, al que en su retirada tuvo tiempo de maldecir «God damn you, Lezo!» (¡Que Dios te maldiga, Lezo!). Daba igual, había nacido un héroe.



SABER +

Ensayos:

Mendizábal, Carlos Alonso (2008): Blas de Lezo, el "Malquerido". Burgos, Dossoles.

Quintero Saravia, Gonzalo M. (2002): Don Blas de Lezo, defensor de Cartagena de Indias. Bogotá, Planeta Colombiana.

Rodríguez, José Manuel (2008): El almirante Blas de Lezo: el vasco que salvó al imperio español. Barcelona, Altera. 

Novela histórica:


Name Bayona, Orlando (2011): Blas de Lezo, el Almirante Patapalo. Bogotá, Oveja Negra.  

Victoria, Pablo (2005): El día que España derrotó a Inglaterra: de como Blas de Lezo, tuerto, manco y cojo, venció en Cartagena de Indias a la otra "Armada Invencible". Barcelona, Áltera.

domingo, 22 de junio de 2014

BLAS DE LEZO, EL HÉROE OLVIDADO (Parte I: Mediohombre, el almirante cojo, tuerto y manco)

El 3 de febrero de 1687 nacía en Pasajes (Guipúzcoa) un héroe. Un hombre que de haber nacido en EEUU tendría varias películas de Hollywood, y seguro que saldría en Piratas del Caribe. Un héroe en la sombra, desconocido para la gran mayoría de los españoles. Su nombre es De Lezo, Blas de Lezo, y consiguió defender la joya económica de la corona española en América, Cartagena de Indias, de una de las mayores armadas inglesas jamás vista, compuesta por 195 navío y 29.000 soldados con apenas 6 barcos y 3.600 hombres. Y todo esto siendo cojo, tuerto y manco. Pero empecemos por el principio.

Con apenas 17 años comenzó su carrera militar. Si estuviéramos hablando de un futbolista diríamos que era toda una joven promesa o un proyecto de crack. ¡Y vaya si lo era! Tras estudiar en Francia se enrolo en la guardiamarina francesa al mando del conde de Toulouse. En aquellos momentos España vivía la Guerra de Sucesión que se saldaría con victoria borbónica, y Francia estaba aliado con España frente al bando de los Austrias apoyado por Inglaterra.






Con esa edad Blas de Lezo participó en la batalla más importante de la Guerra de Sucesión, la final del Mundial, la batalla de Vélez-Málaga. Durante la contienda una bala de cañón le dio de lleno en su pierna izquierda, pero él heroicamente continuó combatiendo. La pierna había quedado destrozada y al finalizar la batalla tuvieron que amputarle la pierna por debajo de la rodilla. Sin anestesia. Cuentan las crónicas que el valiente Blas ni siquiera profirió un lamento durante esa “carnicería”.

A pesar de haberse quedado cojo con apenas 17 años Blas de Lezo no dejó el servicio. Ni siquiera 2 años después. En la misma guerra participó con 19 años en una acción en la fortaleza de Santa Catalina de Tolón. Durante la contienda un cañonazo en la fortificación hizo que una esquirla saltara clavándosele en su ojo izquierdo, que explotó al instante, perdiendo de por vida la vista por ese ojo.

En 1714 la Guerra de Sucesión daba sus últimos coletazos. El año anterior se había firmado la paz con Inglaterra, pero Cataluña seguía en armas luchando por la causa del pretendiente de la casa de los Austrias. Blas de Lezo contaba por entonces con 26 años y el 11 de septiembre de 1714 participaría en Barcelona en un combate que seguro jamás olvidaría. En un momento de la batalla se acercó demasiado a las líneas enemigas siendo alcanzado por un balazo de mosquete en el antebrazo derecho que le rompió varios tendones y le dejo inservible la mano para siempre.


Así, con solo 26 años ya se había quedado cojo, tuerto y manco. A partir de ese momento comenzó a ser conocido como el “Almirante Patapalo” o “Mediohombre”. Su leyenda había comenzado. Y aún quedaba el episodio más épico por llegar. 



jueves, 19 de junio de 2014

Próximo artículo: Resultados de vuestra votación

Bueno pues aquí están los resultados de vuestra votación para elegir el artículo de este próximo domingo. Y el artículo ganador es...


BLAS DE LEZO, EL HÉROE OLVIDADO