Los meses anteriores al 14 de abril fueron de una gran agitación política. La causa republicana fue ganando adeptos. Todo lo contrario la monarquía de Alfonso XIII, que el 14 de abril tuvo que marchar al exilio en lo que fue la crónica de una “muerte” anunciada.
El 17 de agosto de 1931 se reunían en
San Sebastián las principales fuerzas políticas republicanas y opositoras al régimen
de Alfonso XIII para acordar el funcionamiento de una posible y próxima
Republica, lo que se conoce como el Pacto de San Sebastián. En enero de 1931 se
produjo de nuevo un estallido de protestas estudiantiles. Al mismo tiempo
intelectuales de primera línea como José Ortega y Gasset, Gregorio Marañón o
Antonio Machado se unían en la Agrupación al Servicio de la Republica. Esto,
unido al descontento generalizado de la población y buena parte del ejército y
de hombres de estado que ya no apoyaban la dictadura de Primo de Rivera ni la
actuación de Alfonso XIII, obligó a éste a dar su brazo a torcer por miedo a
una revolución. El rey aprobó que las nuevas Cortes que salieran de las
próximas elecciones generales fueran constituyentes, es decir, que se
encargaran de realizar una nueva Constitución. Pero antes de las generales debían
realizarse las elecciones municipales, que quedaron fijadas para el domingo 12
de abril. Lo que decidieran las urnas se veía como una especie de referéndum
sobre Monarquía o Republica.
Un hecho
clave y que se suele comentar poco fue la importancia de los anarquistas para
que llegase la República. La CNT decidió abandonar su apoliticismo y se
presentó a las elecciones, lo que supuso un gran apoyo a la causa republicana
en forma de unidad y en número de votos en muchas zonas.
Los
resultados completos de las elecciones no llegaron a publicarse jamás pero la
consecuencia se supo rápidamente. Los monárquicos habían ganado en cuanto al número
de concejales, porque contaban con el voto de las zonas rurales donde estaba
más extendido el caciquismo, pero los republicanos ganaron en 45 capitales de
provincia de las 52 existentes, además de otras numerosas villas importantes.
El juego había concluido. Al día siguiente, el almirante Aznar, Presidente del
Gobierno, que había sido elegido hacia muy poco, presentó su dimisión. Como
respuesta a las preguntas de los periodistas sobre si había crisis Aznar les
respondió la famosa frase: “¿Que si habrá crisis? ¿Qué más crisis
desean ustedes que la de un país que se acuesta monárquico y se despierta
republicano?”
La primera
ciudad en proclamar la República fue Éibar, que izó la bandera tricolor a las
6:30 del 14 de abril. Las siguientes en hacerlo serían Sahagún y Jaca. Por la
tarde lo harían las principales ciudades del país como Madrid, Barcelona y
Valencia. Las fuerzas del orden comunicaron a Alfonso XIII que no lucharían por
él, por lo que el rey en la noche de 14 de abril marchó el exilio. España era
republicana.